miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cuestión de equilibrar.

Nunca me han gustado los excesos, me ponen nerviosa. Me ponen nerviosa porque sé que cuando algo es excesivo sé que la voy a cagar en cero coma.
Dale exceso de comida al pez, que acabará siendo otro Buba jr. fallecido, dale exceso de fortuna a aquel pobre que probablemente en su nueva mansión se olvide de quién era antes, proporciónale medios y fama a ese músico alternativo que acabará convertiéndose en comercial, dale al vago exceso de confort y seguirá así o peor de por vida, dale exceso de poder a Napoleón Bonaparte y su revolución acabará siendo una jodida dictadura, dame exceso de relax que no estudiaré nada. Que no es bueno generalizar, pero son cosas que se ven.
Yo creo que funcionamos así, cuando nos lo dan todo ponemos el piloto automático, pero no nos damos cuenta de que quizás no funciona bien.
Probablemente el pez cuando tenía hambre valoraba más la comida, aquel pobre era más solidario en sus tiempos, ese músico hacía lo que le gustaba de verdad antes de firmar contratos con tantos ceros detrás, el vago quizás hacía algo emprendedor en su vida, igual Napoleón verdaderamente quería hacer una revolución por la igualdad pero tanto apoyo acabó cegándole, y a lo mejor Paula ante muchos exámenes se ponga las pilas y funcione mejor. Que son hipótesis, hechos no contrastados pero... están ahí muchas veces.
Siempre pensé que el equilibrio es la perfección, en cuanto a la belleza, al arte, a las relaciones sociales, al trabajo, al día a día. Sin excesos ni escasez.
Pero, ¿sabes? no creo que lo de la perfección sea lo nuestro, nacemos demasiado caóticos como para hacer las cosas en su perfecta medida, si fuéramos máquinas supongo que sería más fácil, pero aparecen los sentimientos, el desenfreno y simplemente, se nos va.
Somos una pandilla de extraños que no sabemos llevar una vida perfecta, que sólo sabemos valorar las cosas cuando escasean y olvidamos lo bueno cuando hay exceso, que tropezamos con la misma piedra(a veces joya, pero disfrazada) y que perdemos la objetividad y la cabeza cuando nos apasionamos con algo.
Pero hay que tener en cuenta que somos personas, quizás si todo estuviera en equilibrio todo acabaría siendo monótono, perfectamente asqueroso. En el fondo me gusta ser como somos ahora, con nuestras mierdas y nuestras cosas buenas, porque, joder, cada persona tiene un pequeño gran mundo en su cabeza esperando a ser abierto con la combinación secreta, que hay que probar, indagar, echarle ganas, pero una vez que obtienes el resultado, es asombroso, y es entonces cuando da igual el equilibrio y todo lo demás, porque realmente eso sí que es perfecto.

martes, 23 de noviembre de 2010

Carta de presentación

Si alguna vez me reencarnara me gustaría ser la peluca blanca de Andy Warhol, o una Laika llegando a la luna, o un pincel en las manos de Klimt, o un verso de Neruda, o una sonrisa de Amelie, o la armónica de Bob Dylan, o la última cena de Jesús, o una peli de Tarantino, o el inicio de Trainspotting, o Robin Hood, o Buba Jr., o Cola-Cao, o un ferrero rocher, o un pitido del tuentichat, o una obra de teatro, o el guión más jodidamente ingenioso que jamás se creó, o una mariposa, o una gemela de la Pajarería de Transilvania, o un coche averiado emitiendo sonidos, o un velocirraptor que te corta el agua caliente cuando te estás duchando, o un vitrasa, o un concierto de The Doors, o un libro amarillo, o un acuerdo de la Paz, o la mejor frase para ligar de Barney, o una canción de Lou Reed, o una carta sin destino, o mi colección de lentillas usadas que recogen todo lo que he visto los últimos años, o una golondrina, o aquella azafata tan misteriosa que aparecía en las fotos de la familia en los 60s pero de la cual nunca supe su identidad, o Mona, o un lápiz, o un amarillo de Albert Espinosa, o una lavadora, o una pregunta especial que no aparezca en preguntas frecuentes de Windows y así sentirme especial, o un silencio interrumpido de biblioteca, o un discurso reivindicativo por la República de Paco Ibáñez, o una pompa de jabón indestructible, o el rey lagarto, o un mango, o Imagine, o un cazanubes, o un concierto de Rafael, o un cartel en el que ponga HOLA DIME HOLA, o el último examen de una persona de física y química aprobado, o fuegos artificiales, o un tocktock de Sheldon a Penny en la puerta, o una lupa, o un reencuentro emotivo, o un sueño, o una carta, o una llamada que puede cambiar tu vida, o un 'te mao' dicho de verdad, o un soñador incomprendido, o una moraleja, o Nataly Portman para ser la novia de Devendra Banhart, el libro de El guardián entre el centeno o... BUBAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA