domingo, 15 de mayo de 2011

Autocrítica

Es curioso cómo mantenemos los esquemas del pasado, los patrones de siempre. Somos muy tradicionales, no nos gusta romperlos. Seas o no progre, seas conservador, pases de todo...consciente o inconscientemente los sigues, básicamente por comodidad. Pero no nos damos cuenta de que cambiamos, de hecho el propio universo se expande, y que hay ciertas costumbres que no proceden, incluso quedan ridículas.
Antes el monje, el rey y el rico de turno se permitían el lujo de leer, de tener libros. De aquellas poseer palabras, estrujarlas, palparlas, sentirlas, interiorizarlas... era un privilegio, un placer, un don. Un jodido don, porque cuanto más sabes, más libre eres, más opciones tienes en tus cartas y eliges la que quieras. Se establecía entonces una clara relación entre conocimiento y libertad, porque cuánto más abren tus ojos, mejor puedes ver el mundo.
Pero, ¿ahora? Ahora no nos abren los ojos, ahora nos dan gafas. Bonitas gafas, relucientes, dicen que te dejan ver más allá de las paredes, más allá del universo, a velocidades inimaginables. Aldea global dicen, todo conectado. Parece ser que con esas gafas te sientes muy intelectual, te dan un toque de sofisticación, pero no es así, las apariencias engañan. Esas gafas están borrosas y lo único que hacen es llenarte de contradicciones y de saturarte, creando una gran confusión.
Claro que está bien que todos tengamos acceso información, obvio que está bien, es acojonante poder acceder a cualquier parte del mundo en un sólo segundo, pero se trata de un exceso de "información". Entrecomillo "información" principalmente porque no es información. Información para mí es el acceso a saber lo que pasa en el mundo. Con "información" me refiero a qué tal los problemas de Belén Esteban, a qué es lo que se lleva más en esta temporada, cuál es el nuevo novio de la prima tercera del novio del ayudante del psicólogo de la manager de la masajista de aquel futbolista retirado, qué nuevo mp324342 puedo adquirir en el mercado, a los nuevos estereotipos de vida de apariencias que nos marcamos seguir, etc, etc. Esta "información" no me hace sentirme libre.
Así como quien come en buena cantidad y variado, será sano; poro otro lado tendremos a quien come también, pero demasiado y platos llenos de mierda, no acabará muy bien. Más de lo mismo.
Quiero información, la quiero, pero INFORMACIÓN. De esa que te hace ser personapájaro y volar a través de las palabras. Me sentiría libre si supiera si hay calientamiento global o no, cuál es la jodida causa real de la crisis y si realmente los dictadores no son sacados de sus puestos porque nos dan petróleo bien baratito a los de la Unión Europea.
Desinformación, saturación. Nuestra estúpida manía de tener más, más, más y más. Nos empañan las gafas, nos las llenan de mierda... luego pasa lo que pasa.
Asusta pensar que suciedad y sociedad están a una sóla letra de distancia. Sólo puedo esperar que mantengamos esa barrera intacta y que seamos LIBRES para decidirlo.